¿Porqué debes contratar a un Sumiller en tu establecimiento?
Juanjo Sánchez Vidal
Cuando realizamos la planificación de un negocio de hostelería, son muchos los aspectos a tratar y muchas cuentas que realizar para poder llevar a buen puerto nuestro proyecto.
Uno de los principales aspectos es definir qué tipo de personal queremos que trabaje con nosotros, cuales son los profesionales que van a representar el nombre de nuestro establecimiento de cara a los clientes. Serán probablemente el primer contacto y último que vean al llegar y al marcharse de nuestro local.
Nos vamos a detener concretamente en el personal de sala. Primero tendremos que saber qué tipo de establecimiento, comida, tipo de servicio, estamos dispuestos a manejar.
Una vez determinado cuantas personas y que cargo y roles van a ocupar, no surge la idea, si realmente es necesario un Sumiller o Sommelier.
Se puede pensar que este "camarero de vinos", como se autodefine Pitu Roca, Sumiller de El Celer de Can Roca, solo ejerce su servicio cuando surge un interés por parte del cliente en torno al vino y su maridaje.
Pero el Sumiller es mucho más que esto. El Sumiller puede realizar diferentes funciones dentro de la sala y sobre todo, muy importante en la organización de la misma.
Un Sumiller creará la carta de vinos adecuada al establecimiento donde trabaja y acorde a la carta de comidas del mismo. Debe buscar los productos según la calidad y precio que acompañen al estilo del establecimiento y su clientela. Formará al resto de personal para que ejerzan de la mejor forma posible el trato al vino. Manejará la carta de vinos y utilizara su criterio para que la rotación de la bodega sea lo más rentable posible para el restaurante; el beneficio de una bodega, no es vender el mismo vino en grandes proporciones, el buen manejo y rotación de todos los vinos es el gran beneficio de nuestra bodega.
Mantener las temperaturas ideales en los vinos, realizar los menús maridajes, engrandecer con ello los platos del restaurante. La toma de comanda, aconsejar al cliente el mejor vino según sus necesidades, realizar el servicio de vinos con los protocolos necesarios en cada momento, descorche, decantación si fuera necesario...
Debemos recordar que el Sumiller además del vino, también se especializa en otros productos, como las aguas, infusiones, puros, destilados, quesos, sidras, cervezas y cualquier otro producto que pueda ser consumido.
No solo puede desarrollar sus conocimientos en un restaurante, no hace falta que sea estrella Michelín, puede también forma parte del equipo de una vinoteca, tienda especializada, imagen de marca, equipo comercial de distribución.
Esta más que demostrado que disponer de un Sumiller es sinónimo de rentabilidad para una empresa. Esos conocimientos son necesarios para poder dar un mejor servicio y poder incrementar las ventas de los productos que domina por su experiencia y formación.
Ya saben; pongan un Sumiller en su vida.
El Sumiller no es solo un camarero de vinos